Lunes 11 de julio // Lección 3
PREOCUPACIONES UNIVERSALES
Lee Génesis 2:1 al 3. ¿Qué nos indica acerca de la universalidad del
sábado?
Si realmente observamos el sábado, no permaneceremos satisfechos solo
con nuestro propio descanso (Éxo. 23:12), redención (Deut. 5:12-15) y, en última
instancia, la restauración de la Tierra (Isa. 66:22, 23). En realidad, el sá-
bado del séptimo día nos dice que Dios es el Creador y el Proveedor de descanso
para todos los que viven sobre esta Tierra. La universalidad del reposo
del sábado implica algo que es común a todos nosotros, ricos y pobres. La
Paternidad universal de Dios significa igualdad y preocupación comunes entre
los seres humanos.
Además, como vimos ayer, la preocupación por la justicia social se extiende
de los sábados semanales a los años sabáticos y al año del jubileo. Los principios
que están detrás de los tres sábados descritos en Levítico 23 y 25 se
extienden también a todos los cristianos. El sábado semanal siempre señalará
hacia atrás, a la Creación, así como también hacia adelante, a la Cruz y la Tierra
Nueva. Fortalecerá nuestra relación con nuestro compasivo Creador y Salvador,
y nos traerá más cerca de aquellos que amamos profundamente: personas que
tienen grandes necesidades, que son pobres o están sufriendo.
Sin embargo, noten que, aunque el año sabático y el año del jubileo ilustran
principios eternos, esto no significa que hoy hemos de observar literalmente
estas fiestas. A diferencia del sábado semanal, que fue instituido durante la
Creación en un mundo anterior a la Caída, los otros dos estaban entre los sá-
bados ceremoniales que eran una “sombra de lo que” había de venir (Col. 2:16,
17): señalaban hacia adelante, al ministerio y el sacrificio de Jesús, y a la culminación
con su muerte en la cruz. En cambio, estos sábados ceremoniales
apuntan a un principio con respecto al modo en que debemos tratar a otros,
especialmente a los necesitados. Como pueblo redimido, Israel tenía la obligación
de ser una luz en el mundo, mostrando la misericordia de Dios hacia los
demás sin discriminación. Con gratitud habían de representar el carácter de
Dios a quienes no lo conocían.
Lee Amós 8:4 al 7. ¿Qué sucede aquí y cómo podemos asegurarnos de que, al
tratar a otros, no seamos culpables de hacer lo mismo? ¿Qué importancia encuentras,
además, dado el contexto, en las palabras: “No me olvidaré jamás de
todas sus obras”?
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