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martes, 21 de junio de 2016

Devocional

Wao, yo no sabía que el diablo también tiene sus misioneros... Conócelos aquí. Esta es lectura correspondiente al 20 de junio, del devocional En los lugares celestiales (Elena G de White)...

Me quedé impactado con lo dice esto... ¡Recojan!

Un devocional buscapié...

Leales el uno al otro

«Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia» (Efesios 4:31).

     Hay quienes piensan en forma más elevada de sí mismos de lo que debieran. Hablan mal de sus hermanos porque, después de hacerse una cosa, pueden mirar hacia atrás y decir en qué forma diferente la hubieran hecho ellos, pero su previsión no hubiera sido mejor que la de sus hermanos si hubiesen estado en su lugar...

     Manteneos alejados de la silla del juicio. Todo juicio está reservado al Hijo de Dios... Satanás trabaja celosamente para hacer que los hombres pequen en este punto. Son sus misioneros aquellos cuyas lenguas están muy prontas para emitir palabras de crítica y que son hábiles interrogadores que sonsacan expresiones y opiniones cuyas semillas han colocado de antemano en la mente. Pueden repetir las expresiones que sacan de otros como originadas por aquellos a quienes tan solapadamente llevan al terreno prohibido. Estas personas parecen encontrar siempre algo que criticar y condenar. Atesoran todas las cosas de naturaleza desagradable y luego leudan a los demás... «¡Cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!» (Santiago 3:5).

     No uséis nunca vuestra lengua y vuestra voz para descubrir y aumentar los defectos de vuestros hermanos, porque el registro del cielo identifica los intereses de Cristo con aquellos que compró con su propia sangre. «En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (Mateo 25:40). Debemos aprender a ser leales el uno con el otro, a ser tan fieles como el acero en la defensa de nuestros hermanos. Mirad vuestros propios defectos. Descubrid más bien una falta vuestra que diez de vuestro hermano. Recordad que Cristo ha orado por éstos sus hermanos que todos ellos puedan ser uno, como él es uno con el Padre. Tratad hasta el extremo de vuestras posibilidades de estar en armonía con vuestros hermanos.

Bueno, que Dios nos ayude... Yo no quiero se misionero del diablo, no... Ni sentarme en esa silla del juicio... ¿Y tú?

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