Lección 8: "La Iglesia: En servicio a la humanidad"
Sábado 17 de noviembre
Lee Para el Estudio de esta Semana: Romanos 16:5; 1 Corintios 1:2; 1 Pedro 2:9; Mateo 28:19, 20; Juan 17:21, 22; Hechos 15:1-29.
Para Memorizar: “Esto os escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:14, 15).
Pensamiento clave: “Deberíamos recordar que la iglesia, aunque débil y defectuosa, constituye el único objeto en la tierra al cual Cristo otorga su consideración suprema” (MS 2: 457).
PARA MUCHOS, la iglesia no es lo que solía ser. Algunos están aún hablando acerca de un “cristianismo sin iglesia”, un concepto que es auto contradictorio. Otros alegan contra la “religión organizada” (¿qué es mejor: “una religión desorganizada”?). La Biblia enseña claramente la importancia de la iglesia. No es una opción; es un componente vital del plan de salvación. Entonces, no sorprende, que, en la gran controversia, Satanás obre mucho contra ella, ya que la iglesia es un medio importante por el cual los pecadores están en contacto con la oferta de salvación que hace Dios. La iglesia, escribió Pablo, es “la casa de Dios”, “columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:15). La iglesia no es una invención humana: fue creada por Dios para llevar a los pecadores a una relación salvadora con él.
Domingo 18 de noviembre: La naturaleza de la iglesia. Parte 1
Al pensar en la naturaleza de algo, solemos estar interesados en sus orígenes, funciones y propósito. Además de proveer diversas imágenes para describir la iglesia, la Biblia usa una palabra específica, ecclesía, que significa “llamados afuera”. En la vida secular griega se la usaba para describir a un grupo de ciudadanos que salían de sus hogares a un lugar público para una reunión o asamblea. El Nuevo Testamento usa la palabra en este sentido.
En la traducción griega del Antiguo Testamento (la Septuaginta), la “congregación” de Israel, cuando se reunía ante Dios con propósitos religiosos, aparece como ecclesía.
Los judíos fueron “llamados aparte” para ser un pueblo especial, y los primeros cristianos pueden haber usado la palabra para identificar a aquellos creyentes que habían sido llamados para ser testigos de Cristo. En el Nuevo Testamento, la iglesia describe la compañía de los fieles del mundo entero. Nota que la palabra ecclesía nunca se usa para un edificio en el que se adora. La palabra “sinagoga” originalmente denotaba una asamblea de personas reunidas para un propósito específico, pero los cristianos prefirieron usar ecclesía. Ambas palabras indican que la iglesia del Nuevo Testamento fue una continuación histórica de la iglesia del Antiguo Testamento, la “congregación” de Israel (Hech. 7:38).
La palabra ecclesía indica un grupo de personas llamadas por iniciativa de Dios. ¿Cómo explica esto el uso que Pablo da a la palabra en tres niveles diferentes: 1) iglesia en hogares individuales (Rom. 16:5; 1 Cor. 16:19); 2) la iglesia en ciudades específicas (1 Cor. 1:2; Gál. 1:2); y 3) la iglesia en regiones geográficas mayores (Hech. 9:31)?
Ecclesía es cualquier grupo de personas reunidas para compartir una relación salvadora con Cristo. Es decir, las congregaciones individuales son parte de la iglesia entera; cada unidad representa el todo. Además, la iglesia es una en todo el mundo pero, al mismo tiempo, está presente en cada asamblea.
Piensa en tu iglesia local, que funciona como representante de la iglesia entera de Dios. A causa de esto, ¿qué responsabilidades tienen tú, como parte del cuerpo de una iglesia y tu iglesia local misma?
Lunes 19 de noviembre: La naturaleza de la iglesia. Parte 2
Además de la palabra ecclesía, el Nuevo Testamento describe a la iglesia con varias imágenes que explican más sobre su naturaleza y su función. Hoy veremos solo dos conceptos: la iglesia como pueblo de Dios, y la iglesia como cuerpo de Cristo.
El “pueblo de Dios” como concepto se aplica en la Biblia a los hijos de Israel (Deut. 14:2). Lee 1 Pedro 2:9, donde el concepto se aplica a los cristianos. ¿Cómo entendemos lo que esto significa para nosotros hoy?
Nota que aun al aplicar el concepto a los cristianos, todavía se usa para describir a la nación de Israel (Luc. 1:68; Rom. 11:1, 2). El Nuevo Testamento aplica el concepto a la iglesia en una forma que sugiere continuidad y consumación. (Ver Gál. 3:29).
“Cuerpo de Cristo”: Romanos 12:5; 1 Corintios 12:27; Efesios 1:22, 23, describen a la iglesia como el cuerpo de Cristo. ¿De qué modo estos textos nos ayudan a comprender mejor su naturaleza y sus funciones?
Estos textos dan numerosas ideas, tal vez la más obvia es la unidad que debería verse en la iglesia. Esto es una idea expresada en otras partes del Nuevo Testamento, especialmente en 1 Corintios 12, donde Pablo escribe: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” (1 Cor. 12:12-17).
Algunas personas sufren una enfermedad autoinmune: su sistema inmune, que debería proteger al cuerpo, lo ataca. Piensa en las implicaciones de esta analogía de la iglesia como el “cuerpo de Cristo”.
Martes 20 de noviembre: La misión de la iglesia
La iglesia como el “cuerpo de Cristo” significa que la iglesia ha de hacer lo que Cristo haría si todavía estuviera “corporalmente” sobre la Tierra. Por esta razón, la iglesia ha sido llamada “asamblea”. La iglesia sencillamente no tiene una misión: la iglesia es una misión.
Lee Mateo 28:19 y 20. ¿De qué forma trata el tema de la misión de la iglesia?
La misión involucra enviar personas a hablar por Dios. Es lo que Dios mismo hizo con los profetas de Israel (Jer. 7:25) y con los apóstoles (Luc. 9:1, 2; 10:1, 9). Jesús envió a sus discípulos así como el Padre lo envió a él (Juan 20:21). La iglesia hoy no puede hacer menos, y debe seguir fiel a su llamamiento.
¿Qué nos enseñan también los siguientes textos acerca de la misión de la iglesia? Efe. 4:11-13; Mat. 10:5-8; Sant. 1:27; Efe. 1:6; 1 Ped. 2:9.
Claramente, la evangelización es central en la misión de la iglesia. La iglesia existe también para la edificación de los creyentes, para la promoción de la verdadera adoración, y para ocuparse en asuntos de preocupación social.
Aunque la iglesia afronta muchos desafíos, uno de los más difíciles es mantener un equilibrio apropiado en su comprensión de la misión. Por un lado, sería muy fácil enredarse en la reforma social y en trabajar por el mejoramiento de la sociedad y sus males. Aunque esa obra es importante, en y por sí misma, nunca debe permitirse que absorba la misión primordial de la iglesia, que es llevar a los perdidos hacia Jesús, y preparar un pueblo para su retorno. Al mismo tiempo, también, necesitamos evitar el extremo de vivir como si cada titular del periódico señalara el fin del mundo, y descuidar, por eso, las tareas básica del diario vivir. Necesitamos sabiduría divina para saber cómo llegar a tener un equilibrio correcto.
¿Cuán involucrado estás en la misión de la iglesia? ¿Cómo podrías hacer más de lo que haces? ¿Por qué es importante para tu crecimiento espiritual estar involucrado en el llamamiento de la iglesia?
Miércoles 21 de noviembre: La unidad de la iglesia
La iglesia –o sea los “llamados” por Dios, el “pueblo de Dios”, el “cuerpo de Cristo” y el “templo del Espíritu Santo”– está capacitada para el servicio o la misión. La unidad es esencial para que la iglesia pueda cumplir con éxito su misión. El problema de la unidad estaba en el pensamiento de Cristo hacia el fin de su vida en la Tierra (Juan 17:21, 22).
Jesús oró por la unidad de la iglesia (Juan 17:21, 22); Pablo exhortó a los creyentes acerca de ella (Rom. 15:5, 6). ¿De qué manera hemos de entender la unidad tal como está expresada en estos textos? ¿Qué significa esta unidad?
La unidad por la que Cristo oró y sobre la cual Pablo exhortó a los creyentes involucraba unión de sentimientos, pensamientos, acciones y mucho más. No se logra por medio de “ingeniería” social, administración diplomática, o subterfugios políticos. Es un don otorgado por Cristo a los creyentes (Juan 17:22, 23) y mantenido por el poder de Dios el Padre (Juan 17:11).
Lee 1 Corintios 1:10 y 2 Corintios 13:11. ¿Cómo hemos de lograr lo que Pablo pedía aquí?
Todos somos diferentes y tenemos distintos conceptos, que a veces pueden hacer difícil la unidad. Aunque las presiones y las tensiones son inevitables en todos los niveles de la iglesia, necesitamos mantener una actitud de humildad y negación propia, y un deseo de un bien que es mayor que nosotros mismos. Muchas divisiones surgen por causa del egoísmo, del orgullo y de un deseo de exaltar a uno mismo y sus conceptos propios por sobre otros. Ninguno de nosotros sabe todo lo que es correcto, ni comprende perfectamente todas las cosas. Cualesquiera sean las diferencias que surjan, si tomáramos cada día nuestras cruces, muriéramos diariamente al yo y buscáramos no solo nuestro propio bien sino el bien de los otros y de la iglesia, muchos de los problemas con los cuales luchamos y que estorban la obra desaparecerían.
En resumen, la unidad comienza con cada uno de nosotros, como seguidores de Cristo, no solo de nombre sino en una vida de verdadero sacrificio propio, dedicada a una causa y a un bien mayor que nosotros mismos.
Jueves 22 de noviembre: El gobierno de la iglesia
Gobernar es lograr que las cosas se hagan. Así es en la vida social, y también en la de la iglesia. El gobierno involucra organizar las cosas de modo funcional y coherente, con reglamentos y estructuras diseñadas para facilitar las tareas. La autoridad también es vital para el gobierno. En la vida de la iglesia, ¿quién tiene que autorizar cosas y quién puede ser autorizado para hacer cosas? Las diferentes respuestas a estas preguntas produjeron distintas formas de gobierno eclesiástico.
Los adventistas del séptimo día tienen un sistema representativo de gobierno de la iglesia. Idealmente, el liderazgo actúa porque los representantes recibieron autoridad y responsabilidades delegadas por la feligresía. No basta que el sistema de gobierno de la iglesia se apoye en las Escrituras; la autoridad dentro del sistema debe mostrar sensibilidad a los valores bíblicos.
Considera Hechos 15:1 al 29. ¿Qué principios vemos aquí involucrados en la organización y el gobierno de la iglesia?
Según esto, la organización de la iglesia necesita estar centrada en la difusión del evangelio. Bíblicamente, el gobierno de la iglesia es tan bueno como sea su promoción de la misión y la evangelización.
Cristo ejerce su autoridad por medio de su iglesia y sus líderes designados, pero no les ha entregado todo su poder a ellos: él sigue siendo la cabeza de la iglesia (Efe. 1:22). La iglesia primitiva sabía que no podía ejercer ninguna autoridad independiente de Cristo y su palabra. En Hechos 15:28, vemos que la asamblea decidió lo que ha “parecido bien al Espíritu Santo”, el representante de Cristo. Los líderes de la iglesia hoy deben actuar en la misma forma.
Considera Mateo 20:24 al 28, y 23:8. ¿Qué implicaciones tiene respecto del ejercicio la autoridad en la iglesia, en todos los niveles?
¿Cuán dispuesto estás a servir a otros? Piensa en tus motivos para lo que haces en la iglesia, sin tomar en cuenta el cargo que tengas. ¿Cuáles son esos motivos, y cómo puedes mantenerlos en armonía con los principios revelados en la Palabra?
Viernes 23 de noviembre
Para Estudiar y Meditar:
Lee “Iglesia”, Tratado Teológico Adventista del Séptimo Día, Raoul Dederen , ed., pp. 606-654; “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, Testimonios para los ministros, pp. 361-364; “La iglesia es la luz del mundo”, Testimonios para la iglesia, t.5, p. 155-169.
“Si un hombre confía en sus propias facultades y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder dominante, el procedimiento mejor y el único seguro consiste en quitarle el puesto para que no se haga un gran daño y él mismo pierda su propia alma y ponga en peligro el alma de otros. [...] Esta disposición a dominar sobre la heredad de Dios causará una reacción a menos que estos hombres cambien su conducta. [...] El cargo no engrandece a un hombre ni en una jota o una tilde a la vista de Dios; solo valora el carácter” (TM 362).
“La misión de la iglesia de Cristo consiste en salvar a los pecadores que perecen. Consiste en darles a conocer el amor de Dios hacia los hombres y ganarlos para Cristo por la eficacia de ese amor. La verdad para este tiempo debe ser proclamada hasta en los rincones oscuros de la tierra, y esta obra puede empezar en nuestro propio país” (JT 1:359).
Preguntas para Dialogar:
No hay duda de que la iglesia, nuestra iglesia, tiene problemas. Jesús lo explicó así: “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue” (Mat. 13:24, 25). Lee el resto de la parábola. ¿De qué modo aplicamos a nuestra iglesia lo que dijo Jesús, y cómo tratamos con los que causan problemas? ¿Significa esto que no hay circunstancias en las cuales alguien pueda ser desglosado como miembro? Ver, por ejemplo, Tito 3:10, 11; Rom. 16:17.
¿Qué le dices a alguien que, creyendo que la iglesia está corrompida, decide apartarse del cuerpo como un todo, y seguir solo?
Nuestra iglesia afirma el concepto de lo que ha sido llamado” el sacerdocio de todos los creyentes”. ¿Qué incluye esta idea? ¿Qué responsabilidades representa para nosotros?
Analiza en la clase algunas de las amenazas potenciales para nuestra unidad como iglesia. ¿Qué problemas han causado divisiones en la iglesia en el pasado? ¿Qué podemos aprender del pasado, que pueda ayudarnos a evitar cosas similares en el futuro
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