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jueves, 27 de septiembre de 2012

6 Síntomas de la depresión en el cuerpo

Casi todos tienen amigos o seres queridos que manifiestan estos síntomas. Si no necesitan reconocerlos para sí mismos, entonces por amor a ellos deberían aprender a discernir rápidamente estos signos críticos y ofrecerles su amor y apoyo en sus momentos de necesidad.

Existen tres estados o fases de depresión. La mayoría los designa como moderado, serio y grave. Nosotros los llamaremos desaliento, abatimiento y desesperanza.

La mayoría de las depresiones comienzan con el desaliento, aumentan hasta llegar al abatimiento y, a menos que se logre un cambio en la estructura pensante, llegan hasta la desesperanza. Si pasa la línea de la desesperanza, es posible que la depresión se torne tan aguda que la persona pierda contacto con la realidad y debe prestársele atención médica aun para conservar su vida.

Los efectos de la depresión se experimentan en lo físico,  emocional y mental. El lego reconoce fácilmente los síntomas físicos. Son demasiados los síntomas físicos de la depresión para que podamos considerarlos a todos en este articulo, de modo que pasaremos revista solamente a los más comunes y frecuentes.
1 Comportamiento irregular del sueño. El más común de todos los síntomas físicos de la depresión es un marcado, cambio en los hábitos de dormir. Si bien algunos deprimidos duermen demasiado y se despiertan cansados, lo más común es que no duermen casi nada. Si consiguen conciliar el sueño, se despiertan en las primeras horas de la madrugada y no pueden volver a dormirse. En un panel dedicado a la depresión, varios médicos aseguraron que el insomnio era la primera señal roja que nos advierte la proximidad de un proceso depresivo.
2 Apatía, letargo, el “no me importa”. Otro síntoma muy frecuente de la depresión lo observamos en los pacientes que dicen “estoy cansado todo el tiempo”, o “no tengo ganas ni siquiera de dedicarme a mi pasatiempo favorito”. Los deprimidos se despiertan cansados y permanecen inmóviles todo el día. Si bien son capaces de cumplir con sus responsabilidades, su tarea deja mucho que desear. A ello hay que añadir que se cansan fácilmente.
3 Pérdida del apetito. La comida pierde su encanto para los deprimidos. Juguetea con su comida que para él no tiene sabor. Mientras más grave sea la depresión menos apetito tiene. En consecuencia, de no poner coto a esta situación, puede llegar a un grave adelgazamiento que complica aún más su dificultad. A veces, en las primeras fases de la depresión, se pasa el día comiendo bocadillos, pero habitualmente los que han llegado a esta etapa de la desesperanza, pueden pasar muchos días sin comer.
4 Pérdida del impulso sexual. En el deprimido cesan, prácticamente, todas las funciones impulsivas o actividades básicas. Esto incluye el impulso sexual, particularmente en las mujeres. Algunas mujeres llegan a un grado tal de depresión que hasta se interrumpe su menstruación. Excepción hecha de la depresión moderada, momentos en que el hombre se torna sexualmente agresivo por la amenaza que significa para su ego, la mayoría de los hombres pierden interés en el sexo cuando están deprimidos.
5 Aspecto descuidado. Cuando ve que un amigo elegante pierde interés en su aspecto, hay que pensar en la depresión. La pérdida del impulso motor por la imagen negativa que de sí mismo adquiere el deprimido, hace que el hombre se preocupe menos en afeitarse y en detalles de prolijidad y la mujer no concurra a su peinadora. El descuido en su atuendo refleja la manera en que el individuo se ve a sí mismo. ¡Las ropas traducen la realidad! A menudo resulta un claro indicio del concepto que de sí mismo tiene la persona. Si su vestimenta es demasiado elaborada, puede ser que quiera tapar un complejo de inferioridad. Si está bien vestido, comunica una imagen de sí mismo que le satisface. Pero si viste con desaliño, en circunstancias en que debería hacerlo con pulcritud, es por lo general porque se ha dado al abandono.
6 Varias dolencias físicas. Es común que los deprimidos sufran de diversos males físicos, algunos reales, otros imaginarios. Entre los más comunes figuran el cansancio, la debilidad, los dolores, mareos, palpitaciones cardíacas, presión en el pecho, dificultades respiratorias, jaquecas, constipación, acidez estomacal y transpiración.

La promesas de Dios para acabar con la depresión

Si con toda sinceridad elevamos esa oración, contamos con la promesa de Dios de que “todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). Permitamos que esa promesa se haga realidad en nuestras mentes, porque es la mejor noticia que jamás hayamos oído. Hoy hemos “nacido de nuevo” (Juan 3:3-5). También nacemos y nos incorporamos a la familia de Dios (Juan 1:12) y tenemos garantizada la vida eterna.
Perdón: Todos nuestros pecados han sido perdonados por la misericordia de Dios, por medio de su Hijo, Jesucristo. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9)
Propósito. Desde el momento en que recibimos a Jesucristo, adquirimos un nuevo propósito en nuestra vida. Antes de entregarnos a Cristo, nuestro propósito era el de satisfacer nuestros deseos. Desde ahora en adelante es el de servir a Cristo. Ya lo dijo el apóstol. Pablo en Hechos 9:6: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Esa actitud mental y esa oración fueron la fórmula de su feliz y exitosa vida cristiana. Cristo dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33.) A medida que lo busquemos habremos de comprobar que él nos provee de las fuerzas adecuadas para satisfacer cada necesidad.
6. Confianza. Y cuando alimentemos nuestra nueva naturaleza espiritual con la lectura y el estudio de la Biblia, la seguridad y la confianza se afirmarán en nuestra vida como nunca antes. ¡Somos ahora hijos de Dios! (1 Juan 5:10-15.) 
 

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