Por Qué Celebramos La Navidad?

La Navidad puede ser una época de mucha alegría para muchas personas y mucha tristeza para otros. Todos los sentimientos que experimentamos durante esta época, ya sean positivos o negativos, hasta cierto punto, son representaciones de la locura de la sociedad en que vivimos y durante esta época navideña se tienden a incrementar. ¿Alguna vez se ha puesto a pensar de qué verdaderamente se tratan las festividades?

Jesús ES el Regalo

Jesús es el gran y único regalo que necesitamos; en la Navidad, ayer, hoy y siempre. Él es el centro de la celebración y si usted tiene personas a su alrededor con quien celebrar la Navidad, le animamos a ver el por qué. Y si usted está triste por no tener personas a su alrededor, o algún otro motivo, no tan solo le animamos a ver el por qué Él es el centro de la celebración, también a ver cómo Él puede darle la alegría que esta época representa.

La Verdad acerca de la Navidad

Qué cosa tan maravillosa para celebrar: ¡que Dios nos amó tanto que sacrificó a Jesús, su único Hijo, para que podamos llegar a ser sus hijos (Juan 3:16)!

El problema es que nuestros pecados (cosas que hemos dicho, hecho, o pensado) nos separan de Dios. ¡Pero usted puede cambiar eso!

Dios envió a Su Hijo Jesucristo, en otras palabras, Dios se hizo humano, vivió una vida libre de pecado y se sacrificó para salvarle de su pecado y para que usted no permaneciera separado de Él.

No hay mejor manera para que el Rey del mundo nos muestre Su amor que venir a nuestro mundo desordenado y pecaminoso, y nos ofrezca a través de un sacrificio, una manera de restaurar nuestra relación con Él. Él es el único camino por el cual esto es posible. Jesús mismo dijo, "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al padre sino por mí." (Juan 14:6)

A través de Su muerte en la cruz, Su entierro y Su resurrección, usted puede elegir pedirle a Jesucristo que le perdone sus pecados y aceptarle como su Señor y Salvador.

¿Quiere aceptar el regalo de Salvación que Jesús le está ofreciendo? Usted puede hablar directamente con Él ahora. Abra su corazón y dígale:

"Señor Jesús, creo que eres el Hijo de Dios. Confieso que he pecado contra ti. Yo creo que Tu moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste de entre los muertos para darme el regalo de vida eterna. Te pido que entres en mi vida y seas mi Señor y Salvador. Gracias por escuchar mi oración. Gracias por salvarme. Quiero servirte siempre. Amén."

Tomado App de Escuela Sabatica