Manantial de adultos. Domingo 12 junio: El 3er raíl

 El tercer raíl – Para el día domingo 12 de junio 2016. Matinal adultos

«Vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos semejantes a ranas. Son espíritus de demonios, que hacen señales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso». Apocalipsis 16: 13, 14.

¡CUIDADO CON EL TERCER RAÍL! Si alguna vez has viajado en metro o en tren en algunos países, sabes que, junto con los dobles raíles de acero sobre los que traquetean los vagones del tren, puede haber entre los mismos un tercer raíl. Carteles de aviso puestos por todo el andén recuerdan a los viajeros que se mantengan alejados de las vías, porque el tercer raíl es una peligrosa toma de corriente de alta tensión que hace que los trenes avancen por las vías.

En el Apocalipsis Dios nos avisa del tercer raíl que se encuentra entre las dos potencias proféticas de Apocalipsis 13, representadas por bestias. «El dragón le[s] dio su poder, su trono y gran autoridad» (vers. 2). Y, por supuesto, el dragón es «la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás» (Apoc. 12: 9). Él es el tercer raíl de engaño y maldad insidiosos.

Y, como revela nuestro texto de hoy, es el tenebroso cerebro que subyace a una alianza trilateral final, una falsa trinidad demoníaca escatológica procurará llevar a todo el planeta a una lealtad unánime al triunvirato impío. Y, según advierte El conflicto de los siglos, será un golpe de estado global: «Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquel forma la base del espiritismo, este crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia» (cap. 37, p. 574).

¡Cuidado con el tercer raíl! Trágicamente, demasiados, aun de los escogidos, ignoran las advertencias y se aventuran en su terreno de millones de voltios. No merece la pena, ¿no crees? ¿Por qué intentar ir acercándose a pasitos al tercer raíl sin pisarlo? ¿No tiene sentido crítico alejarse de él todo lo posible?

Sin duda, de toda la gente de la tierra, los elegidos, en esta hora de la historia, escogerán a la Trinidad divina como Compañeros suyos para el viaje final. Con nuestras esperanzas puestas en el Salvador que regresa, ¿no tiene todo el sentido del mundo quedarse a bordo de su tren que va rumbo a la eternidad?