A Pinel le tocó actuar profesionalmente durante la Revolución Francesa; de cierta manera era un "hijo de la revolución", esto no le impidió escribir en 1801:
La revolución, habiendo sobreexcitado todas las pasiones y todos los instintos, había desarrollado desmesuradamente la manía de la persecución, la locura de las grandezas, la rabia de sangre, no había época más favorable para estudiar las diversas formas de alienación. Es difícil concebir que hasta Pinel (año 1793) los alienados eran cruelmente tratados y rutinariamente encadenados en las instituciones de reclusión.
Los enfermos mentales estaban encadenados a postes, a la pared o al techo; a algunos se les había mantenido así durante 30 ó 40 años! Se les golpeaba y estaban mal alimentados. Faltaban celadores, cada uno de ellos estaba a cargo de alrededor de cincuenta pacientes, la mayoría sin otro entrenamiento que el uso de la fuerza y las técnicas de castigo. Se les escogía por su fuerza física y su aspecto terrorífico. Algunos de los ÏtratamientosÏ que les aplicaban eran la sangría, la purgación, las quemaduras y las duchas frías. Aquellos enfermos que se consideraban más desafiantes y difíciles se les controlaba con azotes y se les colocaban esposas y grilletes.
Para quitarles las cadenas a los alienados, Pinel necesitaba el permiso de la Comuna. Hizo la petición al jefe de la Comuna de nombre George Couthon, un hombre a quienes todos temían. Couthon rechazó la solicitud exigiendo visitar personalmente el hospicio. Allí interrogó a algunos internos los que le lanzaron todo tipo de imprecaciones y groserías. Furioso se dirigió a Pinel diciéndole: Ud. Debe estar loco para querer quitarle las cadenas a estos animales, y se retiró abruptamente. Aunque Couthon no autorizó quitarle las cadenas a los insanos, tampoco lo prohibió, por lo que Pinel comenzó a retirarlas. En aquella época se sostenía que los enfermos mentales no tenían tratamiento. Pinel estaba en total desacuerdo y pensaba que los enfermos mentales debían ser tratados más humanamente y sus problemas podían ser tratados psicológicamente. Los resultados de estas reformas humanitarias fueron sobresalientes. Antes de Pinel, el 60% de los internados en Bicetre morían por enfermedad, por suicidio u otras causas, dentro de los primeros dos años de su admisión. Este porcentaje se redujo a un 10% durante la dirección de Pinel.
miércoles, 6 de enero de 2010
Phillipe Pinel (1745-1826), padre de la psiquiatría
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