Los indios y la cola.

Fueron muchas las cosas que asombraron a los colonizadores europeos a su llegada al nuevo mundo. Seguramente, al principio, cada día les traía una nueva sorpresa. Quizás una de las cosas que más les llamó la atención fue algo que afectaba a los dientes y labios de los nativos americanos.

Motivados por el extraño fenómeno y guiados por su curiosidad, los europeos en un primer momento, creyeron que aquello se trataba de una enfermedad que curiosamente sólo afectaba a los indios.

Viendo que la enfermedad no evolucionaba, que aquella coloración era continua, que no experimentaba ni mejoras ni empeoramientos y que nadie se quejaba de dolor en los labios o los dientes, llegaron a la conclusión que posiblemente no era una patología nativa. No, seguramente aquel extraño fenómeno tendría un origen genético y era algo que caracterizaba a aquellos indios.

Pero, finalmente después de muchos "dimes y diretes", descubrieron el por qué de aquella coloración. Vieron que era consecuencia directa de mascar nuez de cola. Al parecer los nativos eran unos ávidos y apasionados consumidores de nuez de cola que consumían constantemente.

¿Tenía alguna explicación el que consumieran tanta nuez de cola? Afirmativo. Está comprobado que la nuez de cola es capaz de aumentar la agilidad mental y la fuerza muscular. Además combate el insomnio y estimula la digestión. También, algunos más osados, llegan a decir que tiene propiedades afrodisiacas. Este último extremo se le debería haber preguntado a aquellos devoradores de nuez de cola, pues consumiendo tanta, de seguro que notaban los efectos.

Pero a pesar de las múltiples cualidades de la nuez de cola, los recién llegados no adoptaron la costumbre de mascar nuez de cola. Al contrario, quisieron erradicarla por considerarla impropia e insana. ¿Fue siempre así? Pues no, pero tuvieron que pasar unos cuantos años y no fue hasta el siglo XIX, cuando se convirtió en el ingrediente principal de una famosa bebida. Lo cierto es que la nuez ya no se mascaba como originalmente lo hacían los nativos americanos, pero fue imprescindible para la elaboración de un tipo de bebida mundialmente conocida y consumida: el refresco de cola.

Sin duda aquellos indios americanos fueron los primeros descubridores de "la chispa de la vida"... y no queremos hacer publicidad.